Repositorio Cultural Molango
Velas de Cera
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Texto
1992
Fernández, J., Guadalupe, V., & Vargas, E.
INAH
Derechos
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial- SinDerivadas 4.0 Internacional
Texto registrado en el Catálogo del Patrimonio Cultural de Hidalgo, Región VII, en el año de 1991. Informante Sr. Gregorio Velasco Cano.
En Atezca se elaboraban velas de cera, un poco grandes y gruesas, pero uniformes en su longitud, de color blanco o amarillo. El Sr. Gregorio Velasco Cano explicó el procedimiento de esta elaboración.
La cera se obtenía derritiendo todo el panal en un caso de cobre. Posteriormente se colaba para quitar las basuras y se enfriaba en un molde previamente enjabonado. De esta manera, se lograba la marqueta o bloque de cera, (principal materia prima en la elaboración de velas). El artesano de Atezca compraba las marquetas en Tantoyuca o Tamaulipas, lugares con alta producción apícola.
La cera pura tenía un color amarillento. Sin embargo, algunas personas preferían usar ceras blancas en sus altares. Para ello, el artesano debía blanquear la cera mediante otro proceso en que se exponía la cera al sol durante quince días, y los rayos del sol destruían la pigmentación amarilla.
Para elaborar las velas, se cortaba el pabilo a la medida deseada y se amarraba un extremo a un clavo colocado en la parte superior de la habitación. Con un pequeño trozo de cera se pulía el pabilo de manera que se impregnara. Se mojaba una punta en agua de jabón. Cuando se tenía una cantidad determinada, se pasaban los pabilos en una rueda de unos 70 cm de diámetro, que tenía clavos alrededor, este se colocaba sobre un palo vertical que atoraba del techo y descansaba en el suelo permitiendo a la rueda girar sobre ese eje. Con una taza, el artesano iba girando la rueda y vaciando la cera caliente sobre los pabilos hasta que alcanzaban cierto grosor. Utilizando una balanza se pesaba la vela hasta obtener el tamaño deseado. Posteriormente se "planchaba" paraque quedara lo más cilíndrica posible. Se utilizaba agua y jabón para evitar que se pegara a la madera. De esta forma, se elaboraban velas de cera pura.
La clientela se componía principalmente de católicos urbanos, y el uso se orientaba más a lo ceremonial. Estas velas eran muy apreciadas, ya que, al ser de cera pura, desprendían un agradable olor a miel.
Actualmente todavía hay personas en la comunidad de Atezca que mantienen viva esta bella tradición, haciendo a mano velas de cera pura.
Lozano Sánchez, A. J. (2024). Velas de Cera Pura. [Colección de fotografías]. Colección del autor.
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