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Los Tlimiguines de Naopa

Transcripción del libro “Leyendas Hidalguenses, Vol. 1. De Luvián Torres, E., et al. (2007).


En la región donde se encuentra enclavado mi pueblo, es conoce con el nombre de Tlimiguines o Climiyines a un conjunto de luces a manera de estrellas fugaces, que rítmicamente se prenden y apagan como si estuvieran danzando.


Estas luces aparecen -o aparecían- por las noches, en algún lugar de la montaña, allá por la cañada, del otro lado del río de Tetipanchalco; pero en cuestión de segundos aparecían en otro lugar distinto por el mismo rumbo, danzando de la misma forma. El fenómeno yo lo vi, y no sólo una vez sino varias, junto con toda la gente que quiso verlo, por lo que no creo que haya sido ficción colectiva. Platican muchas personas de varios pueblos de la región que también han visto este espectáculo inexplicable. Unos amigos de Tlatzintla (pueblo cerca de Naopa) me comentaron que, en cierta ocasión que vieron en la noche danzar a los Tlimiguines por el rumbo del río que les queda apoca distancia, varios señores se fueron con el rifle en la mano a tratar de encontrarlos en el lugar preciso donde vieron las luces, pero jamás pudieron dar con ellos. 


Algunos paisanos decían que eran los nahuales o brujos de diferentes comunidades, quienes, previa cita, se reunían en determinados lugares para celebrar una de sus festividades, y que hasta oían cómo pasaban volando convertidos en aves nocturnas para encontrarse y danzar en el sitio previamente señalado por ellos mismos. Esto es sólo un decir, sin haber pruebas que lo acrediten. Desconozco si en la actualidad se sigue observando la danza de los Tlimiguines, pero en mi niñez con frecuencia la veíamos por las noches. La totalidad de la gente lo tomaba como un fenómeno común y corriente, sin darle mayor importancia; antes, al contrario, era una bonita diversión que todo mundo quería ver cuando teníamos oportunidad de hacerlo.


Cómo me hubiera gustado poder grabar ese hermoso danzar de estrellas o luces que se movían rítmicamente, pero en aquel tiempo no existían los medios, ni técnicos ni humanos. Basta decirles que en toda la región sólo había un fotógrafo, radicado en Molango, el famoso don Beto González; sus fotos eran en blanco y negro, y solamente las podía tomar con luz de día, pues no existía flash ni en el pensamiento.


No recuerdo en qué época del año se presentaba con más frecuencia la danza de los Tlimiguines. Sí recuerdo que aparecían en las noches oscuras y sin luna, cuando el cielo estaba despejado, es decir, que no estuviera nublado y menos lloviendo.


Heriberto Castillo Montaño

Reproducido del libro Los cielos vistos desde Hidalgo

(Pachuca, CEUH, 2003)


Referencia:

Luvián Torres, E. (2007). Leyendas Hidalguenses, Volumen 1. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

Subcategoría

Tipo de contenido

Fecha

Autor

Fuente

Histórica

Texto

2007

Luvián Torres, E., et al.

Luvián Torres, E. (2007). Leyendas Hidalguenses, Volumen 1. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

Derechos

Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial- SinDerivadas 4.0 Internacional

Etiquetas

Tlimiguines, actualidad, época actual, miedo, misterio, emoción, miedo, cuento

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